¿Se imagina la Antártida costera «verde»?

Al florecer algas microscópicas debido al incremento de las temperaturas, según un estudio

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El calentamiento global hará que la costa de la Antártida se vuelva verde porque irán floreciendo algas microscópicas en la superficie de la nieve a medida que aumenten las temperaturas del planeta.

Así lo prevé un equipo de científicos, liderado por la Universidad de Cambridge y el British Antarctic Survey (Reino Unido), en un estudio publicado en la revista ‘Nature Communications’.

Ese equipo creó el primer mapa a gran escala de algas microscópicas a medida que florecían en la superficie a lo largo de la costa de la Península Antártica. Los resultados indican que es probable que esa ‘nieve verde’ se expanda con el calentamiento climático.

Los investigadores combinaron datos satelitales con observaciones en el terreno durante dos veranos en la Antártida con el fin de detectar y medir las algas verdes en la nieve. Aunque cada alga individual es de tamaño microscópico, cuando crecen en masa convierten la nieve en una superficie de verde brillante y ese fenómeno puede verse desde el espacio.

«Es un avance significativo en nuestra comprensión de la vida terrestre en la Antártida y cómo podría cambiar en los próximos años a medida que el clima se calienta», apunta Matt Davey, del Departamento de Ciencias de las Plantas de la Universidad de Cambridge y que dirigió el estudio, antes de añadir: «Las algas de nieve son un componente clave de la capacidad del continente para capturar dióxido de carbono de la atmósfera a través de la fotosíntesis».

‘AREAS CÁLIDAS’

Floraciones de algas verdes de nieve se encuentran alrededor de la costa antártica, particularmente en las islas a lo largo de la costa oeste de la Península Antártica. Crecen en áreas ‘más cálidas’, donde las temperaturas medias superan por poco los 0ºC durante el verano austral, lo que ocurre en los meses de verano del hemisferio sur (de noviembre a febrero). Esa península es la zona de la Antártida que experimentó el calentamiento más rápido en la última parte del siglo pasado.

El equipo descubrió que la distribución de las algas verdes en la nieve también está fuertemente influida por las aves marinas y los mamíferos, cuyo excremento actúa como un fertilizante natural altamente nutritivo para acelerar el crecimiento de algas.

Más del 60% de las algas se encontraron a menos de cinco kilómetros de una colonia de pingüinos. También se observó que estos organismos crecían cerca de los sitios de anidación de otras aves, incluidos los págalos, y las áreas donde las focas llegan a tierra.

El equipo usó imágenes del satélite Sentinel 2 de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), tomadas entre 2017 y 2019, y las combinó con mediciones que hicieron en el terreno en la Antártida en la Bahía Ryder (isla Adelaida) y la península Fildes (isla Rey Jorge).

«Identificamos 1.679 flores separadas de algas verdes en la superficie de la nieve, que, juntas, cubrieron un área de 1,9 kilómetros cuadrados, lo que equivale a un sumidero de carbono de alrededor de 479 toneladas por año», indica Davey. Es la misma cantidad de carbono emitido por unos 875.000 viajes de automóviles de motor de gasolina en Reino Unido.

ISLAS PEQUEÑAS Y BAJAS

Casi dos tercios de las floraciones de algas verdes se encontraban en islas pequeñas sin terreno elevado. A medida que la Península Antártica se calienta debido al aumento de las temperaturas globales, estas islas pueden perder su capa de nieve de verano y, con ella, sus algas nevadas. Sin embargo, la mayoría de las algas de nieve se encuentran en un pequeño número de lugares más grandes en el norte de la Península y las islas Shetland del Sur, áreas donde pueden extenderse a tierras más altas a medida que la nieve baja se derrite.

«A medida que la Antártida se calienta, pronosticamos que la masa total de algas nevadas aumentará, ya que la propagación a tierras más altas superará significativamente la pérdida de pequeñas áreas de algas en las islas», recalca Andrew Gray, investigador de la Universidad de Cambridge.

La fotosíntesis es el proceso en el que las plantas y las algas generan su propia energía, utilizando la luz solar para capturar dióxido de carbono de la atmósfera y liberar oxígeno. Hay muchos tipos diferentes de algas, desde pequeñas especies unicelulares analizadas en este estudio hasta especies de algas gigantes. La mayoría viven en ambientes acuosos, y cuando hay exceso de nitrógeno y fósforo disponibles pueden multiplicarse rápidamente para crear floraciones visibles.

Los investigadores dicen que la cantidad total de carbono contenida en las algas de nieve antárticas es probable que sea mucho mayor porque el dióxido de carbono también es absorbido por otras algas rojas y anaranjadas, que no se pudieron medir en el estudio.

La Antártida es el continente más austral del mundo, típicamente conocido como una tierra congelada de nieve y hielo. Pero su vida terrestre puede ser abundante, particularmente a lo largo de su costa, y responde rápidamente a los cambios climáticos en la región. Los musgos y los líquenes forman los dos mayores grupos visibles de organismos fotosintéticos y han sido los más estudiados hasta la fecha. Este nuevo estudio ha encontrado que las algas microscópicas también desempeñan un papel importante en el ecosistema de la Antártida y su ciclo del carbono.

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