Se acerca la Navidad y nuevamente toda la maquinaria se pone en marcha para que las fiestas sean un verdadero éxito, luces en la ciudades por doquier, compras para el evento… comidas, regalos, ropas y un larguísimo etc…
En Holyart, todo se pone en marcha con la esperanza que en esos días nos olvidemos de la guerra, la pandemia o cualquier preocupación que este año nos haya arrinconado, una tregua para crear una felicidad manifiesta y sentir la presencia de los seres queridos lo más cerca posible.
Pero todo esto que comento, es la primera imagen que se nos viene a la cabeza, sino atender a los mensajes de los medios de comunicación durante esos días para verificar que eso es precisamente lo que se pondera. Sin embargo el significado de estas fechas es otro, ya que celebra el nacimiento del hijo de Díos en la fe cristiana.
No voy a esclarecer a nadie sobre el significado real de la celebración ya que hay mucho escrito sobre el tema para quien le interese, solo quisiera señalar que la movilización general para esas fechas influye tanto en los creyentes como en los no creyentes y que más haya de lo que cada uno crea, para Holyart, se trata de una muy buena oportunidad para acercarnos a los otros, ampliar nuestros afectos y buscar ponernos en sintonía con los mejores sentimientos que podamos contar.
Y porque esta recomendación, sencillamente porque el momento no parece que nos facilitara vivir así, cada día nos bombardean con violencia, no me refiero solo a la violencia física, sino también a la violencia económica, política y social, a la violencia sicológica, racial y sexual con que cada mañana abren los informativos y amplían las redes sociales, películas y series… en fin, por todos lados se nos impone una imagen del mundo muy lejos de las aspiraciones de las sociedades y los pueblos.
Porque, si negar la realidad de los hechos, nuestras posibilidades de cambiar esos hechos se ven reducidos enormemente, como si nadie pudiera compensar esa representación del mundo que se nos impone.
La Navidad… o en general, estas fiestas, pueden ser pequeñas oportunidades para ganar otra imagen más optimista del mundo, tomando distancia de lo que nos arrincona y potenciando los lazos con nuestros seres queridos, y porque no preguntándonos que podemos hacer realmente para que cada nuevo día se fortalezca en nosotros la capacidad de transformar.
Queremos Paz, noviolencia, igualdad de oportunidades, justicia social, solidaridad, en todos los rincones de nuestro planeta. Queremos vivir bien y que todas las personas vivan bien… Y todo esto, aunque no me crean depende de todos y cada uno de nosotros… Si cambiamos el chip, si dejamos de lado la venganza, la culpa, la autocensura y si cada uno nos ponemos activamente a luchar por aspiraciones comunes seguramente la Navidad comience a ganar el significado del nacimiento de algo nuevo, diferente y estimulante para nosotros y para el mundo.
¡Feliz Navidad!… Más humana y más posible.
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