Es que cuando viene a verme,
ella a mí nunca me ve:
ve a otro hombre del que yo sé
pueda un poco parecerme.
A veces quiero atreverme
a pedirle alguna cita,
pero esa idea se me quita
porque me siento pequeño.
No sufro si aquí lo enseño,
y confieso que me excita.
Imaginarla yo quiero
en su total desnudez:
lo hago con testarudez,
sabéis a qué me refiero.
Sin embargo yo prefiero
algo vivo y bien caliente,
y satisfactoriamente
calor humano y acabar.
Confiaré en este mi azar,
será lo menos prudente.