Por: Dr. Miguel Muñoz Asenjo, Chile.
SANTIAGO CHILE.- Recientemente, el lunes 30 de octubre, en Santiago de Chile, el Dr. Zenobio Saldivia Maldonado presentó un nuevo texto intitulado: La preocupación científica de La Armada de Chile por Chiloé, propio del campo de la historia de la ciencia en Chile borda un asunto que, usualmente, no se considera de manera pública, salvo en ocasiones muy excepcionales. Me refiero al aporte científico que la Armada de Chile ofrece a nuestro país y también al mundo, pues no olvidemos que, cuando se trata de producción de conocimiento, las fronteras políticas internacionales en alguna medida se reducen. Y este lanzamiento ocurre a casi un año de la botadura al agua del buque rompehielos Almirante Viel, en diciembre del año pasado. Este buque científico, recordemos, fue construido en nuestro país por ASMAR (Astilleros y Maestranzas de la Armada) y podrá transportar a alrededor de 30 científicos. Su funcionamiento permitirá continuar el desarrollo de las áreas de oceanografía e hidrografía, para el estudio de la biomasa y fauna marina. El libro, cuya publicación debemos celebrar, se distribuye esencialmente en ocho fases o hitos -según los denomina su autor- que comprenden el período que va desde 1817 hasta 1974. Es decir, se trata de más de un siglo de cobertura.
El primer hito, entre 1817 y 1833, muestra el interés de La Armada por reconocer las características de la zona, para determinar las características de la navegación; pero también para mejorar la comunicación con puntos alejados de la capital nacional. En este caso, sin embargo, no se advierte interés propiamente científico. El segundo, que va de 1834 a 1855, da cuenta de una perspectiva de Chiloé como un punto logístico de paso obligado en el mantenimiento del comercio y la comunicación de los inmigrantes alemanes, que se estaban distribuyendo en zonas como Puerto Montt o Llanquihue. En este momento, además, se inician las exploraciones hidrográficas que comienzan a actualizar la información de la región. La fase o hito 3 comprende los años 1856 a 1871. En esta etapa, se desarrollaron más trabajos hidrográficos en Chiloé por parte de la Marina, a través de viajes de exploración de Francisco Vidal Gormaz, por ejemplo. Chiloé aparece como un elemento logístico relevante en el marco de la Guerra contra España. Además, La Armada establece lazos con la ciencia civil, compartiendo información con la comunidad científica.
El hito 4 es el más preponderante en materia de despliegue científico de La Armada en Chiloé. El autor lo identifica como el período comprendido entre 1871 y 1894: la Marina dirige a Chiloé ingentes recursos científicos para progresar en los estudios pormenorizados de esta zona: sus accidentes geográficos y sus costas, principalmente. En esta época, los aportes de Vidal Gormaz y de Francisco Hudson, entre otros, ganan preeminencia en tanto que se trata de conocimiento generado por chilenos y usado por la Armada.
El quinto momento, que cubre entre 1895 y 1915, se caracteriza por la actualización de la información cartográfica disponible y, especialmente, por la colaboración -basada en ese conocimiento- de La Armada con el proceso de colonización que llevaba a cabo el Ejecutivo. En este momento, además, La Armada ya utilizaba la cartografía producida por chilenos para la navegación por Chiloé y otras zonas australes.
La sexta fase (1916-1927), está asociada al impacto de la construcción del Canal de Panamá, que se tradujo en una disminución notable del flujo marítimo por Magallanes y por los puertos de Chiloé. Por otra parte, además, se crea la provincia de Aysén, lo que reduce la extensión de Chiloé. En esta época se realizan pocas incursiones hidrográficas y publicaciones por parte de la Oficina Hidrográfica.
Durante la penúltima fase, entre 1928 y 1940, se exhibe a Chiloé como un espacio que ha perdido importancia para la realización de levantamientos hidrográficos, con incursiones muy escasas, gracias a su reducción territorial ocurrida con la creación de la provincia de Aysén. El desarrollo de innovaciones tecnológicas, además, hace menos necesaria la realización de incursiones físicas. Y a ello se suma el interés que comienza a generar el territorio antártico chileno. El último momento del análisis del Doctor Saldivia se enfoca en el período que va desde 1941 a 1974. En este, La Armada comienza a desarrollar con mayor fuerza la oceanografía y en menor medida la hidrografía.
En cuanto a su forma, el ensayo está atravesado completamente por el estilo del profesor Saldivia. Esto es, un estilo personal que lleva al lector de la mano atravesando décadas y décadas de publicaciones de La Armada, las cuales van acompañadas de apreciaciones personales que el autor va forjando. En este sentido, seguramente, los cientos de publicaciones sobre el siglo XIX que ha leído el autor, han influido también en su propia prosa. A propósito de publicaciones sobre navegación en Chiloé, señala, por ejemplo: “Desde el punto de vista de la navegación por Chiloé, se observa la aparición de algunos textos que compilan la praxis naval de algunos oficiales por la zona; v.gr.: la traducción (1874), de Patricio Lynch del texto: Derrotero del Estrecho de Magallanes y Canales que conducen al Golfo de Penas, del capitán inglés R. Mayne, que había explorado previamente la región del Estrecho de Magallanes como parte de su extenso periplo comandando la cañonera HMS Nassau”.
Otro aspecto que me gustaría destacar de este trabajo es el hecho de que el autor no deja en el aire los vínculos científicos que trazan oficiales de La Armada más allá de la institución. Por ejemplo, llama la atención sobre la colaboración con la ciencia civil. Esta relación se propiciaba, por ejemplo, a través del transporte de científicos, en los cuales colaboraba La Armada.
Finalmente, también es destacable el hecho de que Saldivia muestra que La Armada, en sus afanes científicos, no permaneció alejada de las características intelectuales de la época. Al contrario, está envuelta en una visión positivista que reconoce la necesidad del progreso hacia la civilización. La naturaleza, desde este punto de vista, es una entidad que debe ser superada, reducida, para que el progreso de la técnica florezca, se instalen poblaciones y el desarrollo productivo. Con ese punto de vista, es posible destacar que la Armada no solo ha contribuido en la conformación de la fisonomía física de nuestro país y en el forjamiento de la patria. También, con esta publicación, podemos celebrar que La Armada ha ayudado a construir Chile a través del conocimiento científico de su territorio y de sus especies. Este libro es relevante por cuanto devela este aspecto. Además, se constituye desde hoy en un paso obligado para quienes quieran conocer no solo sobre la preponderancia científica de La Armada de Chile, sino también para quienes quieran conocer del desarrollo de la ciencia en Chiloé o las expediciones náuticas nacionales de la Armada, entre otros aspectos.
Finalmente, valoro y felicito a La Armada de Chile por el encomiable esfuerzo que ha hecho para dar a conocer esta publicación, a través de la Corporación Patrimonio Marítimo de Chile. Felicitaciones por su nueva vigesimoséptima obra, doctor Zenobio Saldivia.