La CNSE, Confederación Estatal de Personas Sordas, ha denunciado el desconocimiento y los prejuicios que todavía hoy persisten sobre las lenguas de signos españolas, y cómo esto afecta a su comunidad lingüística. Así lo ha puesto de manifiesto la entidad con motivo de la celebración, mañana viernes 23 de septiembre, del Día Internacional de las Lenguas de Signos. Una fecha que Naciones Unidas declaró oficialmente en 2017, haciéndola coincidir con el aniversario de la creación de la WFD (Federación Mundial de Personas Sordas), a fin de instar a los Gobiernos de los diferentes países a fomentar estas lenguas y poner de relieve su papel fundamental en el cumplimiento de los derechos humanos y ciudadanos de este colectivo.
En España, según apunta la CNSE, la ley 27/2007 reconoce legalmente la lengua de signos española y la lengua de signos catalana. Asimismo, existe legislación autonómica específica sobre la lengua de signos en dos leyes autonómicas y ochos estatutos de autonomía, además de abundante normativa que contempla esta lengua de manera transversal. Un amplio respaldo legal que, en opinión de su presidente, Roberto Suárez, no se traslada a la práctica: “La lengua de signos tiene un impacto real en la vida de las personas sordas”, ha explicado. “De poco sirve su reconocimiento, si se nos priva de su ejercicio”.
Para Suárez, el hecho de que la lengua de signos no sea la lengua mayoritaria de un país, no significa que tenga menos valor que las lenguas que sí lo son: “Se trata de la lengua natural de muchas personas sordas y sordociegas, y posee la misma funcionalidad para pensar, comunicar y manejar cualquier concepto que cualquier otra”. En este sentido, insiste en que se agilice la tramitación del reglamento que desarrolla la ley 27/2007, de tal modo que se garantice la presencia de la lengua de signos allí donde haya una persona sorda y no se la discrimine por el hecho de utilizarla: “Necesitamos políticas públicas contundentes que avalen nuestros derechos lingüísticos en todas las etapas y ámbitos de la vida”.
Y es que, para el presidente de la CNSE, negar el uso de la lengua de signos a una persona sorda es limitar el ejercicio de sus derechos, ponerle barreras, dificultar su participación y su acceso al mundo, y condenarle al ostracismo: “La privación lingüística es un atentado contra la dignidad de este colectivo”.
Otra medida que propone la Confederación para favorecer la protección, promoción y preservación de las lenguas de signos, es su inclusión en el artículo 3 de la Constitución Española al mismo nivel que el resto de las lenguas del Estado: “Ya son 15 las Constituciones de todo el mundo que hacen referencia explícita a la lengua de signos”, ha señalado el presidente de la CNSE. “Confiamos en que la española sea la decimosexta”.
No menos importante, según Suarez, es la declaración de las lenguas de signos en España como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, tras haberse pronunciado favorablemente a este respecto el Consejo de Patrimonio Histórico Español en febrero de 2019, y su incorporación en la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias: “Dado que España asumirá en julio de 2023 la presidencia de la UE, sería un gran gesto que nuestro Gobierno defendiera una propuesta firme para introducir las lenguas de signos de Europa bajo la protección de la Carta, tal y como se acordó, por unanimidad, en el Senado”.
Apoyo institucional a las lenguas de signos
Con motivo del Día Internacional de las Lenguas de Signos, que este año se conmemora bajo el lema ‘Las lenguas de signos nos unen’, se ha instado a líderes de los cinco continentes a compartir en sus redes sociales un mensaje signado de apoyo a estas lenguas. La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet; el presidente del Senado, Ander Gil; el director general de Derechos de las Personas con Discapacidad, Jesús Martín; el presidente del Cermi Estatal, Luis Cayo Pérez, o el director de la Plataforma de la Infancia, Ricardo Ibarra, entre otros, ya han confirmado su participación en este #GlobalLeadersChallenge. Al reto también se sumarán representantes de distintos gobiernos autonómicos, provinciales y municipales de toda España.
Por su parte, edificios emblemáticos de cientos de países iluminarán sus fachadas en azul turquesa, color que identifica a la comunidad sorda, y la CNSE hará público un alegato en favor de la identidad lingüística de este colectivo.
Según datos de la propia WFD, existen más de 300 lenguas de signos en todo el mundo, tantas como lenguas orales. Hasta el momento, son 66 los países que reconocen legalmente sus lenguas de signos nacionales, entre ellos, España.