El 2 de octubre de cada año se conmemora el Día Internacional de la No Violencia. Fue acordado por la Asamblea General de Naciones Unidas en el año 2007. Dicho día coincide con el natalicio de Mahatma Gandhi y se eligió como homenaje a quien enfrentara exitosamente al poderoso Imperio Británico, logrando la independencia de India en 1947 mediante métodos no violentos.
La no violencia no significa ausencia de conflicto, sino que es una forma de enfrentarlo, despojando de legitimidad y/o de cooperación a quienes ostentan el poder. La no violencia es la mejor respuesta a sistemas jerárquicos, autoritarios, con asimetrías de poder y con escasas instancias de participación.
La conmemoración del Día Internacional de la No Violencia es una oportunidad para difundir su significado y sensibilizar a la ciudadanía. En Fundación Semilla, tomamos esta oportunidad para reflexionar sobre los sistemas educacionales y el rol de la no violencia en ellos.
La no violencia definida por el profesor Gene Sharp, un líder teórico de esta filosofía, en su libro Las Políticas de la Acción No-violenta, es: «Una técnica por medio de la cual las personas que rechazan la pasividad y la sumisión pueden llevar adelante su lucha sin violencia. La acción no violenta no es un intento por prevenir o ignorar el conflicto. Es una respuesta al problema de cómo actuar efectivamente en política, especialmente cómo ejercer el poder de manera efectiva». Algunos hablan de no violencia activa para diferenciarla de la pasividad o la indiferencia.
Al analizar el caso chileno, históricamente, los movimientos estudiantiles han hecho uso de la no violencia en sus tres manifestaciones principales según define la Organización de Naciones Unidas : a) protesta y persuasión, b) no cooperación y c) intervención no violenta como bloqueos y ocupaciones.
No existe nada más irritante para quien ejerce el poder u ostenta la autoridad que ser cuestionado en su legitimidad o desobedecido en sus órdenes. Fueron los y las estudiantes que en octubre del año pasado dejaron de pagar el pasaje en el metro de Santiago como protesta por un alza. La respuesta de la autoridad cuestionada fue enviar a la policía a reprimir. Lo que estudiantes iniciaron de manera no violenta hoy nos tiene ad portas de un plebiscito para decidir si Chile aprueba o rechaza tener una nueva Constitución. Un ejemplo más de lo que el propio Gandhi dijo: “la no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad”.
Chile necesita mayor énfasis en educación para la ciudadanía, desarrollo y estímulo del pensamiento crítico y educación socioemocional. Todos ellos, elementos fundamentales de la convivencia y del avance en enfrentar y dar solución a conflictos. Pero, cuando no hay diálogo, se imponen decisiones por la fuerza o simplemente se hacen las cosas de una determinada manera porque siempre se han hechos así, la respuesta no puede ser la pasividad ni la indiferencia, sino que enfrentar los conflictos con una poderosa herramienta, la no violencia.
En Fundación Semilla estamos llevando a cabo un programa en la Región Metropolitana de Santiago: Líderes por la No Violencia con foco en género. Más de 700 encargados de convivencia escolar y profesionales de la educación han participado y el mayor aporte reconocido por ellos ha sido que han podido ver la violencia estructural y cultural de conductas que están normalizadas. Estamos prontos a iniciar la etapa con estudiantes, mediante una aplicación web y esperamos que la participación supere los mil jóvenes.
La no violencia no es evadir el conflicto, no es tomar una actitud pasiva ni de indiferencia, sino que es reconocerlo enfrentarlo a través de métodos no violentos.
Marcelo Trivelli
Presidente de Fundación Semilla y Miembro de la Red Regional de Educación para la Ciudadanía Mundial de América Latina y el Caribe.