Greenpeace alerta de una «crisis sin precedentes» en la biodiversidad mundial

Mañana se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica

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Greenpeace señaló este jueves que la biodiversidad del planeta se enfrenta a una «crisis sin precedentes» que sólo podrá revertirse «atajando» las causas que la han provocado, con actuaciones en deforestación, océanos, polinizadores, incendios y políticas ambientales que impulsen la recuperación tras la pandemia del Covid-19, enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

Esta ONG hizo esas consideraciones con motivo del Día Internacional de la Diversidad Biológica, que se celebra este viernes y cuyo lema, impulsado por Naciones Unidas, es ‘Nuestras soluciones están en la naturaleza’.

Greenpeace destacó que un millón de especies están al borde de la extinción, una cifra sin parangón en la historia de la humanidad, y que la desaparición de la biodiversidad global ocurre 1.000 veces más rápido que si sucediera naturalmente sin influencia humana, según un informe del Ipbes (Panel Internacional de Expertos en Biodiversidad y Servicios Sistémicos) auspiciado por la ONU.

«En plena crisis del Covid-19, cabe recordar que los ecosistemas intactos proporcionan barreras naturales a enfermedades como ésta. El dinero público no debería invertirse en rescatar a las empresas más contaminantes, sino a cuidarnos protegiendo la naturaleza y a permitir la transición de las personas trabajadoras hacia empleos verdes, apoyando también una España rural que nos brinde lo que necesitamos para una vida sana», recalcó Pilar Marcos, responsable de biodiversidad en Greenpeace España.

DEFORESTACIÓN Y AMAZONAS

Para Greenpeace, una de las amenazas es el aumento de la deforestación, que conlleva más enfermedades. El Covid-19 es la última de muchas zoonosis que han cruzado de animales a humanos, desde SARS a H1N1 (gripe porcina), la gripe aviar y el ébola; detrás del salto de patógenos desde la fauna salvaje a los seres humanos hay dinámicas de destrucción de la naturaleza.

Los científicos han señalado que la deforestación en zonas tropicales está entre los principales factores de transmisión de enfermedades, lo que obliga a contener la expansión agrícola para la producción de materias primas (carne, soja, aceite de palma…) en países como Brasil o Indonesia.

Otra amenaza se cierne sobre el Amazonas, una de las mayores zonas de biodiversidad del planeta y donde se han descubierto 600 nuevas especies en el último cuatrienio. Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE), las alertas de deforestación en tierras indígenas en la Amazonía brasileña subieron un 64% en los primeros cuatro meses de 2020 en comparación con el mismo periodo del año pasado. Esto significa que 1.360 hectáreas de bosque, equivalentes a 1.865 campos de fútbol, fueron deforestadas.

OCÉANOS Y POLINIZADORES

Además, Greenpeace apuntó que el 66% de los mares muestra una alteración severa por el impacto humano, lo que provoca el declive en la cantidad y diversidad de vida marina. «Sabemos más de la superficie de la luna que del fondo de los océanos. Entre 2000 y 2010, se censaron más de 6.000 nuevas especies desconocidas hasta la fecha en aguas abiertas. Esto indica hasta qué punto es desconocida la biodiversidad marina en alta mar», precisó. Sólo un 3% de las aguas internacionales están protegidas y un tratado internacional protegería al menos un 30% en 2030.

Otro aspecto es el declive de polinizadores. El planeta tiene más de 20.000 especies de abejas conocidas, que desarrollan un papel vital para los ecosistemas y la seguridad alimentaria. Según el Ipbes, más del 40% de los polinizadores invertebrados (sobre todo abejas y mariposas) se enfrentan a la extinción, así como un 16,5% de los polinizadores vertebrados. España es uno de los países de la UE que más plaguicidas utiliza y sólo un 9,3% de su superficie agrícola es de agricultura ecológica.

Naciones Unidas alerta que la principal causa de pérdida de biodiversidad en el mundo, por encima de los impactos derivados del cambio climático, son los cambios en el uso del suelo.

ESPAÑA: AGUA E INCENDIOS

Greenpeace ha alertado de que diversos gobiernos autonómicos en España aprovechan el amparo de la reactivación económica tras el Covid-19 para promover la construcción sin suficiente evaluación ambiental, lo que tendrá negativas consecuencias ambientales, sociales, económicas y de salud pública.

«El colapso ecológico del Mar Menor, en grave peligro desde hace décadas a pesar de ser un enclave único por su biodiversidad, es un buen ejemplo de estas dinámicas: primar el beneficio privado empresarial no genera mayor riqueza y bienestar para la sociedad. Al contrario, los problemas ambientales que se originan, repercuten sobre diversos sectores socioeconómicos, generando un perjuicio colectivo mayor», indicó.

Por último, Greenpeace lamentó que España haya apostado históricamente por una política hídrica destinada a “cubrir cualquier demanda, por insostenible que sea”. Actualmente hay más de un millón de pozos ilegales de los que se extrae anualmente el equivalente al que consumirían 118 millones de personas (más de 7.000 hm3/año) y la agricultura de regadío intensivo consume casi el 85% del agua, un 44% de las aguas superficiales y un 42% de las subterráneas están en mal estado ecológico.

Por otro lado, los grandes incendios forestales son otros grandes responsables de la pérdida de ecosistemas. Según las estadísticas generales de incendios, un 23,75% de la superficie forestal que ardió durante el decenio 2005-2016, lo hizo dentro de un área protegida.

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