Joseph Ratzinger, el papa Benedicto XVI, falleció este sábado, 31 de diciembre, a las 9.34 horas, en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, a los 95 años de edad. Dejó la silla de San Pedro en 2013, cuando sorprendió al mundo con una renuncia sin apenas precedentes en la historia de la Iglesia católica, en la que antes de ser Sumo Pontífice dirigió la Congregación para la Doctrina de la Fe (antigua Inquisición).
En la mañana del 28 de diciembre, el papa Francisco pidió una oración por su alma al final de la audiencia general. También lo hizo desde su cuenta oficial de Twitter, viendo que se agravaba el estado de salud de Benedicto XVI, debido a su «avanzada edad»: «Está muy enfermo. Pidamos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final». La última imagen tomada del Papa emérito es del 1 de diciembre.
Benedicto XVI, que cumplió 95 años en abril, residía en el monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano desde su renuncia, dedicado plenamente a la lectura, estudio, escritura y oración.
RENUNCIA HISTÓRICA
La mañana del 11 de febrero de 2013, el papa Benedicto XVI sorprendió a un grupo de cardenales en el Vaticano con la noticia que sólo una periodista pudo difundir gracias a sus conocimientos de latín. Joseph Ratzinger había presentado su renuncia porque no se creía capaz de continuar al frente de la Iglesia. Dijo que se sentía cansado para seguir dirigiendo la barca que Cristo dejó encomendada a Pedro, el pescador galileo.
Este gesto de humildad chocaba con la imagen de pontífice serio y duro del alemán, gran apasionado de la música y de los sombreros, un erudito que participó en el Concilio Vaticano II y que, bajo el mandato de Juan Pablo II, acabó dirigiendo la citada Congregación para la Doctrina de la Fe, organismo heredero de la antigua Inquisición.
El papa Benedicto XVI nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), el Sábado Santo de 1927 (el 16 de abril de aquel año) y fue bautizado ese mismo día.
Según recuerda la biografía oficial del Vaticano, su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles.
Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, a treinta kilómetros de Salzburgo. En ese marco, que él mismo definió como “mozartiano”, recibió su formación cristiana, humana y cultural.
La juventud de Joseph Ratzinger no fue fácil en aquellos tiempos en los que el régimen nazi mantenía un clima de fuerte hostilidad contra la Iglesia católica. Aunque fue testigo de cómo los nazis golpeaban al párroco antes de una misa, su fe y el testimonio de su familia, no le hicieron claudicar en sus creencias.
En los últimos meses de la segunda Guerra Mundial fue enrolado en los servicios auxiliares antiaéreos. En la citada reseña vaticana se recuerda que de 1946 a 1951 estudió filosofía y teología en la Escuela Superior de Filosofía y Teología de Freising y en la universidad de Munich. El 29 de junio de 1951 fue ordenado sacerdote, coincidiendo con la festividad de San Pedro y San Pablo.
DOCTOR EN TEOLOGÍA
En 1953 se doctoró en teología con la tesis ‘Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia de san Agustín’ y cuatro años más tarde, bajo la dirección del conocido profesor de teología fundamental Gottlieb Söhngen, obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación sobre San Buenaventura.
Los siguientes años ejerció como profesor de teología en diversas ciudades y en 1969 pasó a ser catedrático de dogmática e historia del dogma en la Universidad de Ratisbona, donde ocupó también el cargo de vicepresidente.
De 1962 a 1965 dio una notable contribución al concilio Vaticano II como “experto” y consultor teológico del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia.
Su intensa actividad científica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia episcopal alemana y en la Comisión teológica internacional.
En 1972, con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros grandes teólogos, inició la revista de teología ‘Communio’.
El 25 de marzo de 1977, el papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y Freising. El 28 de mayo sucesivo recibió la consagración episcopal, lo que le convirtió en el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, que asumió el gobierno pastoral de la gran archidiócesis bávara.
‘COLABORADOR DE LA VERDAD’
El arzobispo Ratzinger escogió como lema episcopal ‘Colaborador de la verdad’ porque entendía que había una relación entre su experiencia como profesor y su nueva misión. Ese mismo año, el 27 de junio, el Papa lo creó cardenal.
Ese nombramiento le obligó a participar a finales de agosto de 1978 en el cónclave que eligió a Juan Pablo I y, en octubre, al que culminó con la ‘fumata blanca’ a favor de Juan Pablo II. En ese tiempo, fue enviado pontificio en el Congreso Mariológico internacional celebrado en Ecuador.
Actuó de relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, en 1980, sobre el tema ‘Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo’ y fue presidente delegado de la VI Asamblea general ordinaria, en 1983, sobre ‘La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia’.
Juan Pablo II lo nombró prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe (antigua Inquisición) y presidente de la Pontificia Comisión bíblica y de la Comisión teológica internacional el 25 de noviembre de 1981. El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Munich y Freising. Lo elevó al orden de los obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni, el 5 de abril de 1993.
Fue presidente de la comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó el documento.
El 6 de noviembre de 1998, Juan Pablo II aprobó la elección del cardenal Ratzinger como vicedecano del Colegio cardenalicio y el 30 de noviembre de 2002 aprobó su elección como decano. Desde el 13 de noviembre de 2000 era Académico honorario de la Academia pontificia de ciencias.
En la curia romana, fue miembro del Consejo de la Secretaría de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias orientales, para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para los obispos, para la evangelización de los pueblos, para la educación católica, para el clero y para las causas de los santos; de los Consejos pontificios para la promoción de la unidad de los cristianos y para la cultura; del Tribunal supremo de la Signatura apostólica, y de las Comisiones pontificias para América Latina, ‘Ecclesia Dei’, para la interpretación auténtica del Código de derecho canónico y para la revisión del Código de derecho canónico oriental.
Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar destacado el libro ‘Introducción al Cristianismo’, recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica. También ‘Dogma y revelación’ (1973), antología de ensayos, predicaciones y reflexiones, dedicadas a la pastoral.
Además, obtuvo gran resonancia el discurso que pronunció ante la Academia católica bávara sobre el tema ‘¿Por qué sigo aún en la Iglesia?’, en el que afirmó: «Sólo en la Iglesia es posible ser cristiano y no al lado de la Iglesia».
La serie de sus publicaciones prosiguió abundante con los años, constituyendo un punto de referencia para muchas personas, especialmente para los que querían profundizar en el estudio de la teología. En 1985 publicó el libro-entrevista ‘Informe sobre la fe’ y, en 1996, ‘La sal de la tierra’. Asimismo, con ocasión de su 70° cumpleaños, se publicó el libro ‘En la escuela de la verdad’, en el que varios autores ilustran diversos aspectos de su personalidad y su obra.
También recibió numerosos doctorados ‘honoris causa’, en España. Por ejemplo, por la Universidad de Navarra (Pamplona, España), en 1998.
Benedicto XVI supo adaptarse a los nuevos tiempos. Llegó a superar los tres millones de seguidores en Twitter, hasta que su cuenta cambió a Sede Vacante el 28 de febrero de 2013. Ese día, envió su último tuit a las 17.15 con el mensaje: «Gracias por vuestro amor y cercanía. Que experimentéis siempre la alegría de tener a Cristo como el centro de vuestra vida».
Además, como Papá visitó España en 2006, 2009 y 2011, cuando presidió una multitudinaria Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.
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