El Gobierno argentino no logra frenar el proceso inflacionario

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La administración del Frente de Todos no logra remontar la economía general de los argentinos en su último año de gestión. Los datos oficiales de inflación que entregó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos este jueves -vistos positivamente por el ministro de Economía Sergio Massa y el presidente Fernández- no se reflejan en la vida cotidiana de una ciudadanía que encara el año electoral desencantada con la clase política.

El gobierno de Mauricio Macri dejó un Indice de Precios al Consumidor por encima del 53%, en tres años la actual gestión casi la dobla e incrementa la pobreza, en la que están sumidas 18 millones de personas, con casi 6M de indigentes.

El 5,1% del mes de diciembre y un 94,8 interanual que celebró la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, produjo mucho rechazo en la población. Cualquiera que vaya a un supermercado, comercio de cercanía, o intente adquirir y/o consumir cualquier tipo de bien o servicio en el mercado local, sabe que las permanentes remarcaciones, se trate de las que aprueba el Estado, como las que no, rebalsan las posibilidades del bolsillo de los trabajadores formales, y ni que hablar, de los que sobreviven en el sector en negro de mundo laboral.

Los voceros gubernamentales celebraron la semana pasada la creación de un millón de empleos informales, una secuencia, que de ser así, estaría promoviendo la desinversión, entre otras cosas, del sistema jubilatorio de reparto. Esto ya se refleja a la hora de observar que el ingreso medio de un jubilado y pensionado roza los 163 dólares.

El cronograma electoral empieza este febrero de 2023 en la provincia de La Pampa y va a continuar con una seguidilla de comicios que se separaron de la Primaria Abierta Simultánea y Obligatoria  a nivel nacional. Algo que ocurre por el fracaso de Alberto Fernández y sus ex aliados, especialmente de la vicepresidenta Cristina Kirchner, quienes se han distanciado, transformando a la coalición gobernante en un gobierno tripartito en el que el jefe de Estado tiene la lapicera pero no el poder.

La llegada de Massa al Palacio de Hacienda, lo único que consiguió fue evitar un estallido que ahora pareciera avanzar en cuotas. El valor de la moneda estadounidense cerró la rueda de esta semana en, nada más y nada menos, que u$s 370. Este es el valor con el que se rigen los remarcadores de precios en todos los rubros de la economía local.

Vale decir que la Argentina sigue sumida en un cepo cambiario, en el que sólo 300 mil ahorristas pueden adquirir 200 dólares por mes. Se trata de esa fracción poblacional que todavía tiene capacidad de viajar, de tomar vacaciones y de gastar sus ingresos, pese a las subas indiscriminadas.

Lo más complejo, es que a poco menos de 8 meses de las PASO, la oposición, que es, según las encuestadoras y el pulso de la calle, la que tiene más posibilidades de llegar a la Casa Rosada, sostiene una interna a espejo del Frente de Todos. La única diferencia es que una cosa es estar a cargo de la Nación y otra de Estados provinciales y municipales.

El ex presidente Mauricio Macri es el principal elector de juntos por el Cambio y no termina de darle todo su apoyo al alcalde de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. El empresario convertido en dirigente político está identificado entre los halcones antikirchneristas, y eso coacciona votos junto a su ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, hoy presidenta del partido que creó cuando arribó a la política, el PRO.

De todos modos, los números e índices que se ven, y que tienden a complicarse pueden hacer ingobernable a cualquier administración, sea macrista o peronista. Ese panorama preocupa a todos los argentinos, ahora rodeados por un vecino que tiene a un Lula da Silva debilitado en Brasil a dos semanas de asumir. A un Gabriel Boric que bajó su imagen como pocos dirigentes en la región, salvo el peruano, Pedro Castillo, quien fue depuesto e ingresó al país inca en una crisis interna que suma fallecidos y heridos día a día.

Sin dudas, Latinoamerica, pero en particular los principales socios del Mercado Común del Sur: Argentina y Brasil, han entrado en disputas internas que mantienen a sus sociedades en una polaridad insalvable. La trampa de la grieta electoral permanente es que la alternancia, en vez de ser positiva y ordenada, genera pujas en las que nadie sede nada, donde se benefician unos pocos, y donde las mayorías pierden cada vez más derecho a una vida digna.

Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento nacional de la República Argentina.

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