El aceite de oliva es más que un alimento; es una joya cultural y económica que posiciona a España como líder en los mercados internacionales.
Reconocido por su calidad excepcional, este producto es un símbolo del patrimonio gastronómico español y una puerta de entrada para otros productos nacionales en los mercados más exigentes del mundo.
Desde sus olivares milenarios hasta su lugar privilegiado en las cocinas gourmet, el aceite de oliva español representa excelencia y tradición que conquista todo tipo de paladares, llevando la base de la dieta mediterránea a cualquier rincón del mundo.
España como exportadora
España es el mayor productor de aceite de oliva en el mundo, con más del 40% de la producción global.
Las regiones de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Cataluña albergan vastos olivares que han sido cultivados durante generaciones, siendo sustento económico para miles de familias y, sobre todo, creando la propia identidad cultural del país, la marca España.
Este producto es uno de los embajadores de la gastronomía española en el extranjero. Asociado con la dieta mediterránea y un estilo de vida saludable, refuerza la imagen de España como un país de calidad y tradición.
España exporta más de un millón de toneladas de aceite de oliva al año, alcanzando a más de 150 países.
Mientras que las exportadoras de aceite de oliva han hecho su agosto en Europa, donde sus ventas han sido siempre importantes ya que, por cercanía, conocen el producto, países como China, India, los países de Oriente Medio y Brasil están descubriendo el aceite de oliva como un ingrediente imprescindible en la cocina contemporánea y lo están incorporando en sus recetarios como signo de sofisticación y, sobre todo, calidad.
Por descontado, países como Estados Unidos, Canadá, o cualquiera de los países de Centroamérica o América del Sur conocen ya sus características porque han sido los principales destinos de exportación transoceánica del llamado oro líquido.
“El éxito del aceite de oliva en mercados internacionales abre camino a otros alimentos españoles como el vino, el jamón ibérico o los quesos artesanales. Refuerza la imagen de España como proveedor de productos gourmet, algo que está en alza y cada vez mejor valorado fuera” explican desde AC Monterreal.
Para garantizar la calidad, además, existen una serie de sellos que dan información a los consumidores y potencian ciertas empresas que se suman a los compromisos de calidad y medioambiente más exigentes.