Un total de 10 personas murieron el año pasado por ataques no provocados de tiburones en todo el mundo, lo que supone el doble respecto a 2022.
Así consta en el Archivo Internacional de Ataques de Tiburones (ISAF, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Florida (Estados Unidos), cuya base de datos rastrea los incidentes mundiales con escualos.
El ISAF define ataques no provocados de tiburón los iniciados por uno de estos animales en su hábitat natural sin provocación humana, lo que incluye acercarse intencionadamente a un tiburón o nadar en una zona donde se utiliza cebo para atraer peces.
Esa base de datos, recogida por Servimedia, señala que en 2023 se registraron 69 ataques no provocados de tiburones a personas, ocho más que en 2022.
El máximo histórico desde 2008 siguen siendo los 98 casos documentados en 2015, un año que coincidió con un calentamiento en los océanos debido al fenómeno climático de ‘El Niño’.
Por detrás se sitúan 2017 (88 ataques), 2012 (83), 2010 (82), 2016 (81), 2011 (79), 2013 (77), 2014 y 2021 (73), 2009 (68), 2018 (66), 2019 (64) y 2008 (55).
El año pasado hubo 10 muertes de personas por ataques no provocados de tiburones, la misma cantidad que en 2020 y 2013, y una cifra inferior a la de 2011 (13). En cambio, hubo menos en 2021 (9), 2009 y 2012 (7 cada uno), y 2010 y 2015 (6 cada uno), 2022 (5), 2008 y 2016 (4), 2014 (3) y 2007 (1).
74 MORDEDURAS DE MEDIA
Durante el último lustro se registró una media de 63 mordeduras anuales no provocadas de tiburones. 2020 fue una excepción notable con 57 ataques, cuando las restricciones de viajes relacionadas con la pandemia y el cierre de playas probablemente derivaron en menos encuentros entre humanos y tiburones.
Desde la década de 1970 se ha producido un incremento sostenido, con 157 mordeduras entre 1970 y 1979, 226 de 1980 a 1989, 500 de 1900 a 1999, 661 de 2000 a 2009 y 803 de 2010 a 2019.
Como en años anteriores, Estados Unidos aglutinó la mayor cantidad de ataques no provocados de tiburones (36 de los 69), y el Estado de Florida nuevamente reunió más mordeduras que en cualquier otro lugar de la Tierra (16). Este país tuvo dos muertes humanas no provocadas por escualos.
Australia representó el año pasado un 22% de los ataques (15), pero un 40% de las muertes (cuatro). El resto de víctimas mortales se repartieron entre Estados Unidos (dos) y Bahamas, México y Nueva Caledonia (una cada uno).
«Esto está dentro del rango del número normal de mordeduras, aunque las muertes son un poco desconcertantes este año», apuntó Gavin Naylor, director del Programa para la Investigación de Tiburones del Museo de Historia Natural de Florida.
Las mordeduras no provocadas son las más útiles para estudiar cómo se comportan los tiburones. «Somos biólogos y queremos entender el comportamiento natural de los animales, no el comportamiento antinatural», recalcó Naylor.
Los registros de la ISAF incluyen 22 ataques adicionales el año pasado que fueron provocados, intencionadamente o no. La actividad más común de las víctimas en el momento de los ataques provocados fue la pesca submarina.
SURFISTAS
Los surfistas y Australia son los más afectados por las mordeduras mortales. En 2023 se produjeron tres muertes en una zona remota de surf frente a la costa del sur de Australia. La península de Eyre es conocida por sus playas salvajes e indómitas y sus espectaculares olas para surfear. A pesar de ser de difícil acceso y navegación, es un lugar atractivo para los surfistas.
Además, esa zona alberga colonias de focas y una alta densidad de tiburones blancos. «Si un tiburón blanco va tras una foca y la foca lo sabe, el tiburón blanco no tiene ninguna posibilidad», indicó Naylor.
Los surfistas sufrieron el 42% de las mordeduras de tiburones en todo el mundo, seguidos de cerca por los nadadores y vadeadores, con un 39%.
Australia, además de sus poblaciones de tiburones blancos en la costa, también tiene tiburones toro en y alrededor de sus ríos estuarinos. A principios de 2023 se produjo una muerte por ataque de tiburón toro en un río salobre cerca del litoral.
“La seguridad en las playas en Australia es insuperable”, afirmó Joe Miguez, doctorando del Programa de Investigación de Tiburones de Florida, que agregó: “Sin embargo, si vas a regiones remotas donde no existe seguridad en las playas, existe un mayor riesgo de sufrir un ataque fatal de tiburón”.
‘MORDEDURAS DE PRUEBA’
La gran mayoría de los ataques no provocados son ‘mordeduras de prueba’, que ocurren cuando un tiburón identifica erróneamente a un humano como su presa preferida. Cuando esto sucede, el escualo normalmente se aleja nadando tras un solo mordisco.
Sin embargo, algunas especies, como los tiburones blancos y los tiburones tigre, son lo suficientemente grandes como para que incluso una sola mordedura pueda ser fatal.
Se han documentado incidentes inusuales en los que un tiburón continúa mordiendo a su víctima, en lugar de alejarse nadando, en tiburones tigre, tiburones toro y tiburones blancos. Este febrero se cumple el 50º aniversario del libro ‘Tiburón’, que inspiró la conocida película de Steven Spielberg.
El número de mordeduras de tiburón blanco registradas ha aumentado en las últimas décadas. Este patrón no se debe a más agresiones, sino más bien a una combinación de más personas en el océano cada año y un mayor énfasis en informar sobre mordeduras y muertes.
MAR ROJO
A lo largo de las orillas del Mar Rojo en Egipto, un encuentro humano con un tiburón tigre resultó fatal. “La mordedura en Egipto se destacó porque un video muestra a un tiburón tigre dando múltiples pases a un humano en el agua. Aunque los eventos de depredación son extremadamente raros, está bastante claro que eso fue”, recalcó Miguez.
El Mar Rojo tiene una fosa profunda y estrecha en su centro y extensos arrecifes de coral. Sus paredes profundas permiten que los peces que se encuentran con mayor frecuencia en aguas profundas se acerquen inusualmente a la costa.
“Estos animales pelágicos están acostumbrados a vivir en un desierto alimentario, así que cuando encuentran algo, lo intentan. La geomorfología del Mar Rojo hace que peces depredadores pelágicos muy grandes se yuxtapongan con turistas que bucean y disfrutan de sus vacaciones”, indicó Naylor.
RIESGO BAJO
Las posibilidades de ser mordido por un tiburón son muy bajas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ahogamiento es la tercera causa principal de muerte accidental en todo el mundo y características costeras como las mareas y las fuertes corrientes representan un riesgo mayor para los bañistas que los ataques de tiburones.
El Archivo Internacional de Ataques de Tiburón proporciona recomendaciones para reducir el riesgo de un ataque de tiburón, como permanecer cerca de la costa, no nadar al amanecer o al anochecer, no chapotear excesivamente, quitarse las joyas reflectantes antes de entrar al agua y evitar las áreas donde hay gente pescando.
La mayoría de las mordeduras de tiburón suelen ocurrir durante los veranos de los hemisferios norte y sur porque es cuando muchas especies son más activas y más gente pasa tiempo en el agua.
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