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TEGUCIGALPA, HONDURAS:
América Latina se ha convertido en un foco de contaminación en el mundo y el nivel de CO2 sigue en aumento en los últimos años, debido a la alta radiación que se eleva, luego de la apertura económica e industrial que hay con los “países desarrollados”, lo cual se intensificó en la década de los 80`s”.
Los denominados países de “primer mundo” o “desarrollados”, estudiaron desde hace un par de décadas el nivel de potencialidad de esta región del mundo para poder trasladar sus transnacionales, y así buscar tener prioridad en la guerra comercial que domina el mundo y cuyos máximos exponentes son Estados Unidos de Norteamérica y China.
Claro está, que esta apertura económica trajo consigo grandes beneficios en favor de los grupos empresariales de estos países, logrando aumentar el producto interno bruto (PIB), debido a la manufactura que se comercializa en el mundo, sedes importantes se ubican en esta parte del mal llamado «tercer mundo”.
En el último siglo y conforme se ha ido consolidando el capitalismo global, los países latinoamericanos, han venido cediendo parte de sus soberanías al desarrollo socioeconómico de la región, principalmente en estas últimas décadas, siendo los mismos gobiernos los que han permitido la implantación de políticas neoliberales, de las cuales la gente común y corriente no se beneficia, si no grandes corporaciones.
¿Esto a cambio de qué?, los que se benefician son esas compañías o emporios contaminantes y a “grosso modo” mencionaré algunas de ellas, pero sin investigación exhaustiva del caso, solo a modo de opinión. Según el Instituto de Estudios Latino-Americanos (IELA),marcas como Coca Cola, Pepsi, Nestlé, entre otras, son los mayores contaminantes del mundo por la manufactura de sus productos.
En mi opinión, los compromisos que se han hecho por muchos años, para detener el calentamiento global y el cambio climático, han sido muy raquíticos, siendo especifico, la frontera de Honduras con Guatemala, es una de las zonas más sucias de Centroamérica, donde el mar esta lleno de basura, plástico que afecta la vida marina de muchas especies, pero en los tratados o convenios pactados a lo largo de los años como La Cumbre del Clima de París en el 2015 o El Convenio de Viena para la protección de la Capa de Ozono, no se han logrado los objetivos planteados, pensando en el futuro del medioambiente y del bienestar colectivo de la humanidad.
Otro problema es el paternalismo con que han actuado los llamados países occidentales hacia América Latina, llenando de basura sus calles y avenidas, se pueden observar tiendas de aparatos de segunda mano de origen chino o estadounidense, que ya no utilizan en sus respectivos países, parte de la cotidianidad es; a menudo en las capitales de los países de esta región ver autobuses de la década de los 70`s” y 80`s” merodeando, llenando de contaminación el aire.
Claro que aquí por la falta de educación ambiental y por la necesidad de un “transporte barato”, se utilizan y muchos transportistas se benefician de esas tarifas, pero se quiera o no es basura; cada día contaminan más y más.
En las calles de Tegucigalpa, es muy común ver un autobús marca Blue Bird o Freightliner, conocidos popularmente como “amarillos”, por avenidas principales , y su «respectivo ayudante», que es la persona que cobra el pasaje e indica las direcciones o destinos, gritando para atraer a sus pasajeros, y claro, la gente se anima a viajar en ellos porque el pasaje es barato.
Pero eso, el capitalismo lo utiliza para tenernos hipnotizados, solo envían lo que no necesitan, sin pensar en el impacto medio ambiental, somos como “el basurero de las naciones más poderosas del planeta”, así es históricamente.
Debemos crear consciencia y detener la contaminación en América Latina, que para nosotros es la «Pachamama», (tierra para los pueblos de los andes), venerada como una diosa por los incas, creo que el mundo entero debe de tener como ejemplo a los pueblos originarios, olvidarnos del capitalismo salvaje y contaminador, de lo contrario el mundo lo lamentará dentro de poco.